CAPÍTULO IV - CÍRCULOS

-          Tim, arriba.
 Tim se despertó con algo debajo del hombro, era el libro de En el camino. Se frotó los ojos y miró a la persona que le había despertado, era tío Peter.
-          Venga, el desayuno ya está listo. –Se dirigía a la puerta cuando de pronto se detuvo en seco. – ¿Podrías despertar a Edd? Llevo más de media hora pidiéndole que se levante.
-          Ehm, sí, claro.
Tim se levantó de la cama y estiró los músculos, había dormido mejor que nunca, quizás era por el agotamiento del viaje del día anterior o porque había dormido en una cama que era dos veces más grande que la suya. Se deshizo del pijama y se puso unas bermudas y una camiseta corta. El día parecía haber mejorado, todavía quedaban restos de la lluvia de la noche anterior, pero el calor hacía que poco a poco desaparecieran.
Se dirigió al cuarto de Edd, la puerta estaba abierta y entró. Edd estaba dormido boca abajo, una pierna y un brazo le colgaban por el lateral de la cama. Tenía la boca abierta y roncaba.
-          Edd, levántate ya, tienes a tu padre de los nervios.
-          “Grinco minutogr magr”. –Gruñó Edd.
-          ¡Vamos Edd! –Pero Edd ni se imutó.
En ese momento entró Mike al cuarto, iba en calzoncillos y con una camiseta vieja. Llevaba una jarra en la mano, miró a Tim y se puso un dedo en la boca pidiéndole que no dijera nada. Se acercó a su hermano y vertió el agua que había en la jarra en la cara de éste. Edd empezó a chillar hasta que se dio cuenta de lo que acababa de pasar. Mike empezó a reírse a carcajadas y Tim no pudo evitar acompañarle.
-          ¡Te vas a enterar! –Gritó Edd levantándose de la cama y corriendo detrás de Mike, pero éste le llevaba ventaja y corrieron escaleras abajo.
-          ¡El pequeño Edd le tiene miedo al agua! –Gritaba Mike a carcajadas.
Tim bajó las escaleras riendo y se los encontró en el comedor.
-          ¡Misión cumplida! –Decía Mike a su padre, aun riéndose y con Edd pegándole puñetazos en el estómago, pero éste ni se inmutaba.
-          Traidor. –Era Edd, miraba a Tim. – ¡Me podrías haber avisado!
-          Te dije que te levantaras, eso te pasa por no hacerme caso. –Dijo Tim todavía entre risas.
Helen entró en el comedor y dio los buenos días, miró a Tim de reojo y se sentó en la mesa. El resto también se sentó y a Edd se le pasó el enfado en cuanto empezó a comer, o engullir, mejor dicho.
-          Oye chicos. –Empezó tío Peter. –He pensado que ya que hoy es domingo y no tengo que trabajar, podríamos ir todos al lago. ¿Qué os parece?
-          Genial. –Dijo Helen sarcásticamente. –Yo paso.
-          Tú siempre tan simpática. –Edd la miraba con una ceja enarcada.
-          A mí me parece bien. –Dijo Tim tímidamente.
-          Y a mí. –Le acompañó Edd.
-          ¡Sea pues! –Concluyó su padre.
Acabaron de desayunar y Tim y sus primos subieron a las habitaciones. Tim entró en su cuarto y se tumbó en la cama, había comido tanto que le había vuelto a entrar morriña. Edd entró en su habitación embutido en un bañador.
-          ¿A qué esperas? ¡Ponte el bañador!
-          Edd… tengo un problema. –Le dijo Tim. –No he traído bañador.
-          Has traído una mochila llena de libros y no un bañador. Muy sensato por tu parte. –Y empezó a reírse. –Tengo otro, ven te lo prestaré. –Y fueron a la habitación de Edd. Éste, tras unos minutos desalborotando el armario dijo. –No lo encuentro.
-          Siempre puedes bañarte en calzoncillos. –Era Mike que entraba por la puerta con una sonrisa de medio lado. –Mamá lo habrá puesto a lavar. Tim, baja a preguntarle.
Tim se dispuso a hacer lo que le había dicho. Bajaba las escaleras observando los retratos que había colgados en la pared, era el único lugar de la casa dónde había fotos y según bajaba podía ver cómo toda la familia iba haciéndose más joven. Podía ver a Edd con tres años tirándole de las orejas a Helen y a Mike intentando separarlos. A Tim le hubiera gustado haber tenido hermanos y tener fotografías cómo esa. Llegó al comedor dónde habían desayunado, la mesa estaba ya recogida. No sabía dónde estaba tía Olive hasta que oyó su voz al otro lado de la pared, en la cocina.
-          ¿Cuántas lluvias semanales han prometido?
-          Sólo dos. –Le respondió tío Peter.
-          ¿Será suficiente?
-          Quizás no, pero al menos mantendrá el bosque húmedo. –Y ambos se quedaron callados y Tim aprovechó para entrar en la cocina y tía Olive se sobresaltó.
-          ¿Qué ocurre Tim? –Dijo ésta con dulzura.
-          Olvidé traer bañadores y Edd no encuentra otro para dejarme. Mike dice que quizás lo pusiste a lavar.
-          ¡Ay, Tim! ¡Lo tiré la semana pasada! Estaba ya muy viejo. Pídele a Mike uno de los suyos que ya le quede pequeño.
-          De acuerdo. –Y Tim salió de la cocina.
Durante el camino desde la cocina a la habitación de Mike, Tim, no podía parar de preguntarse porqué a su tía le preocupaba tanto cuantas veces lloviera ni quien había prometido que llovería dos veces a la semana. Su mente volvía a ser un hervidero de preguntas sin respuesta.
-          ¿Y bien? –Le sobresaltó Edd, sacando a Tim de sus pensamientos.
-          ¿A tu madre le gusta la lluvia? –Le preguntó Tim.
-          No que yo sepa. –Dijo mirando con cara de confusión a Tim mientras éste seguía con cara pensativa. –¿Estás bien? ¿Te has dado algún golpe en la cabeza? –Dijo alborotándole el pelo en busca de chichones y Tim no pudo evitar reírse.
-          Por cierto, tu madre tiró tu viejo bañador. Voy a pedirle a Mike si me deja alguno.
Y Mike le dejo uno, Tim se lo puso y sus primos no pudieron evitar reírse. El bañador le quedaba enorme, había tenido que apretarlo tanto para atárselo, y que no le cayera, que parecía que llevaba una falda. Al final Tim también se echó a reír.
-          ¡Pareces una sombrilla! –Le dijo Edd riendo a carcajadas.
-          Al menos así estaremos seguros de que no te ahogarás, el bañador hará de flotador. –Soltó Mike, y Edd empezó a llorar de la risa.
Entre risas Tim pensó que no le importaría quedarse a vivir para siempre allí, entre la risa contagiosa de Edd, que afloraba en cualquier momento y por cualquier comentario, y las pullas entre hermanos. Nunca había sentido el sentimiento de permanecer a algo y desde el poco tiempo que llevaba allí lo había sentido más veces que en toda su vida.
Edd, Mike, tío Peter y él fueron al lago, que para sorpresa de Tim no estaba lejos del prado. Fueron a pie atravesando el bosque por un sendero que lo cruzaba de lado a lado. El lago era enorme, quizás el lago más grande que Tim había visto en su vida. Parte de él estaba rodeado de rocas de las que emanaba agua haciendo parecer una pequeña cascada, el bambú brotaba del agua al otro lado y había nenúfares que crecían cerca de éste. Cerca de las rocas había algunos pescadores pasando el día y un grupo de chicos y chicas se divertían saltando desde las rocas haciendo que no pudieran pescar nada.
Tío Peter se unió a los pescadores, a los que ya conocía, y ellos se acercaron al grupo que saltaba desde las rocas y para sorpresa de Tim, eran amigos de Mike y Edd. Les presentaron, había dos chicas, que se llamaban Mayra y Susan, y Robie, Dave y Will eran los chicos. Tim se preguntó si aquél grupo eran familia lejana suya, ya que extrañamente todos tenían los ojos verdes. Robie y Will tenían la edad de Mike y pasaron el día debajo de un árbol charlando, Susan y Mayra, aunque debían tener la edad de Edd y Tim, también estuvieron con ellos. A Tim le pareció que a Susan le gustaba Mike ya que ella reía sus gracias todo el día y se tumbaba apoyando la cabeza en las piernas de éste. El único que estuvo con ellos dos, fue Dave, que también tenía la edad de Edd. Dave era igual de alto que Tim, tenía el cabello rubio y unos pómulos marcados. A Tim le pareció simpático, aunque no era tan extrovertido cómo Edd.
Comieron unos sándwiches, que tía Olive les había preparado, cerca del lago y cuando cayó la tarde, todo el grupo se despidió y Susan le dio un beso en la mejilla a Mike.
-          ¿Has visto eso? –Dijo Edd cuando el grupo ya estuvo lo bastante lejos para no oírle.
-          ¿Si he visto qué? –Preguntó Mike
-          Cómo te ha besado en la mejilla, está colada por ti.
-          No digas tonterías. –Mike intentaba parecer desinteresado pero se ruborizó un poco.
-          No te emociones, Mike. Sólo le gustas porque vas a ser entrenador. –Edd le dedicó una sonrisa burlona.
-          ¿Ella también se ha apuntado a la academia? –Ésta vez era Tim el que hablaba y Mike y Edd lo miraron con sorpresa.
-          ¿Qué academia? –Dijo Edd.
-          Bueno, he supuesto que iba a ser entrenador de una academia.
-          No es precisamente... –Mike le había interrumpido dándole un codazo. –¡Oye! –Gritó mirando a su hermano. –¡Ah! Bueno, sí. Es algo así como una academia.
-          ¿Qué ocurre? –Dijo Tim, había algo en esa conversación que no le cuadraba.
-          Nada, ¿Qué va a ocurrir? –Mike se levantó y se sacudió el bañador. –Deberíamos irnos ya, está empezando a oscurecer.
Fueron a buscar a tío Peter, que ya se despedía de los pescadores y se dirigieron para casa. Durante la vuelta Mike y su padre caminaron mientras hablaban a unos diez metros por delante de Edd y Tim. Edd le contaba a Tim algo sobre el hambre que tenía y que le gustaría comer, pero Tim se limitaba a asentir de vez en cuando y sonreír. Estaba intentando escuchar algo de la conversación de Mike y su tío, pero Edd no le dejaba escuchar. Al final se resignó y empezó a prestarle atención a su primo.
Llegaron a casa y desde el recibidor se podía oler el aroma de la cena que llegaba desde la cocina. A Tim le empezaron a rugir las tripas, por suerte no tardaron en cenar. Su tía había preparado espaguetis a la carbonara y carne recubierta de una salsa que Tim no logró adivinar.
Cuando acabaron de cenar se fueron a duchar. Para Tim la ducha fue regeneradora y el agua caliente lo había adormilado, al salir echó un vistazo a la habitación de Edd y éste se había quedado completamente dormido. Fue a su cuarto y se dispuso a acostarse, cuando para su sorpresa tía Olive interrumpió en él.
-          Hola Tim, ¿Puedo hablar contigo?
-          Claro, pasa. –Por el tono de su tía, Tim se preguntaba si había hecho algo que no debía. Ésta entró, cerró la puerta, se sentó en la cama e hizo un ademán con la mano para que Tim se sentara junto a ella. –¿Qué ocurre?
-          Verás Tim, ¿Recuerdas el incidente de ayer? –Tim asintió, claro que lo recordaba, ver a una persona ser aplastada, literalmente, por un árbol no se olvida fácilmente, y menos cuando uno tiene la seguridad de que ha sido él quien lo ha hecho, aunque parezca una locura. –Verás, te dije que ya sabía que lo habías hecho tú, y cómo sé que tendrás la mente llena de preguntas, y antes de que te enteres de manera desafortunada, he decido explicarte lo sucedido. –Tim no respondió.
Todavía no sé por dónde empezar, así que empezaré por el principio.
La tierra tal y cómo la conocemos depende del Equilibrio y éste, a su vez, está formado por cuatro Círculos, tales como; el Círculo del Agua, el Círculo del Aire, el Círculo del fuego y, por último, el Círculo de la Tierra.

Dentro de cada Círculo existen una serie de seres que defienden el Equilibrio para que éste no se rompa. Y tú, Timothy Sward, igual que el resto de la familia Sward, perteneces al Círculo de la Tierra desde que naciste. Cuando un ser de tierra, es decir, un Groundwer, cumple los dieciséis años, se le considera capaz de mantener el Equilibrio y adquiere el Aura. El Aura permite cosas cómo lo que hiciste ayer, Tim, en cierto modo, te da poder sobre la naturaleza. Y, aunque nunca antes había visto un Groundwer manifestando su Aura antes de los dieciséis años, dentro de tres días, cuando los cumplas, la adquirirás por completo y te unirás al Círculo de la Tierra.

3 comentarios:

  1. Qué interesante!! Circulo de Tierra...A mi me hubiera gustado ser el de Aire. :P ¡Sigue,sigue! Qué me dejas con "¿Y ahora que pasa?"...
    Creo que la de la semana pasado no leí,así que ahora mismo me voy a por ella.

    ¡Besos y seguro que serás un éxito!

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  2. Me está encantando. Sigue con el buen trabajo, que me tienes muy entretenida.
    No voy a poder leer en estas proximas tres semanas, así que cuando vuelva me atiborraré de Timothy Sward.
    Un abrazo ^^

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  3. ¡Ohhhhh qué interesante está!

    Ya era hora de que el pobre Tim fuera enterándose de más cosas porque sino al final le iba a explotar la cabeza entre tantas conversaciones secretas. Círculo de Tierra... Me gusta todo esto y cómo lo estás desarrollando. Estoy deseando saber cuál será la reacción de Tim ante esta revelación ;)

    Chao!

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